En los últimos años, tras desaparecer las trabas burocráticas y legales que existían, las instalaciones fotovoltaicas están, poco a poco, haciéndose presente en los tejados de muchos hogares y negocios de nuestra geografía. No hay que olvidar, que España es uno de los países de Europa con más horas de sol, lo que hace que esta energía renovable sea muy rentable si se gestiona correctamente.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que esta tecnología consiste, básicamente, en la transformación de la luz solar en electricidad. Esto permite una vivienda se autoabastezca con la propia energía que genera a través de los paneles solares durante el día, aunque también existe la opción –un poco menos económica– de instalar una batería para almacenar en ella toda la energía que no sea consumida durante las horas de sol. De esta manera, se puede disfrutar la “electricidad sostenible” en cualquier momento.
Poco a poco esta energía se ha ido abaratando desde su legalización, de manera que una familia media puede plantearse este tipo de instalación hoy en día. Uno de los aspectos que más han influido a ello es que muchas empresas instaladoras ofrecen servicio de financiación. Por lo general, los plazos de amortización son más reducidos ahora que hace unos años. Tampoco hay que olvidar que desde muchas administraciones públicas se incentivan estas instalaciones con desgravaciones fiscales, etc.
Pero aparte de los beneficios para el bolsillo, vamos a enumerar ahora todas las ventajas que la energía fotovoltaica tiene para la naturaleza.
Como ya hemos señalado, se trata de una fuente de energía limpia (no contaminante), renovable (que utiliza los recursos inagotables de la naturaleza), infinita y silenciosa (pues no genera ningún tipo de ruido a diferencia de los generadores de gasolina, por ejemplo).
Aunque resulte obvio, la energía fotovoltaica no consume combustibles ni genera residuos. Además la instalación de los paneles y el módulo transformación es bastante sencilla. En apenas un día de trabajo puede quedar todo listo y en funcionamiento.
Otro aspecto importante es que existe la posibilidad de vender los excedentes de potencia una vez que se vuelcan a la red eléctrica general. No obstante, este escenario aún no está desarrollado jurídicamente del todo, pues faltan algunos flecos para que se pueda disfrutar en plenitud.
Las instalaciones fotovoltaicas requieren poco mantenimiento, aunque eso no quiera decir que vayan a durar toda la vida. Si bien las tecnologías implicadas son cada vez son más fiables, es cierto que la máxima garantía que se está ofertando hoy en día son 25 años. En cuanto al mantenimiento, es preciso llevar a cabo una limpieza profesional de las placas anualmente para eliminar cualquier rastro de suciedad con el objetivo de que puedan seguir rindiendo al máximo.
Como ya hemos apuntado, actualmente los paneles fotovoltaicos tienen una larga vida y resisten a cualquier tipo de condición climática adversa (fuertes vientos, lluvias torrenciales, etc). No obstante, si se observa cualquier fallo en su rendimiento, es importante contactar con algún servicio técnico para que revise que todos los conectores están en perfecto estado.
Por último, aunque resulte obvio, los paneles al colocarse sobre tejados de las viviendas, o las cubiertas de las naves industriales no solo no ocupan espacio útil sino que tampoco generan impacto arquitectónico.
