Desde hace unos días, como consecuencia del estado de alarma producido por la crisis sanitaria del virus Covid-19, casi toda la población española se encuentra recluida en casa para evitar la propagación de la enfermedad. Esta situación ha provocado que muchas personas dediquen su tiempo libre a atender cuestiones de su hogar que tenían desatendidas o que, por lo general, no consideraban esenciales para su día a día.
Aquellos que tienen la suerte de disfrutar de un jardín, patio o simplemente tienen una gran terraza, seguro que ya le han prestado algo de atención al cuidado de sus plantas, arreglando algún desperfecto de ellas (hojas o ramas secas) o simplemente regándolas o enriqueciendo su tierra con un abono natural como el yeso agrícola. No sabemos si es tu caso pero si tienes espacio suficiente (con una terraza sirve), ¿por qué no montas tu propio huerto? Aunque te parezca mentira, cada vez son más las personas que apuestan por cultivar sus propias hortalizas ecológicas para llevar una vida más saludable. ¡Son todo ventajas! A continuación vamos a enumerar algunas de ellas.
Ahorro económico: es muy fácil amortizar un huerto ecológico, pues el mayor gasto es la compra del contenedor, donde alojaremos la tierra necesaria, y los posibles fertilizantes que podamos necesitar. Se estima que para una familia de cuatro miembros se necesitarán unos 90 litros. También se pueden utilizar semilleros para germinar las semillas alejadas del huerto, así se puede aprovechar al máximo. Lo mejor es hacer un cálculo de las verduras que se consumen habitualmente en el hogar y hacer una siembra en función de ello. ¡Pronto notarás el ahorro en tu bolsillo!
Sin huella ecológica: dado que el huerto será para autoconsumo y sus frutos se trasladarán de la mata a la cocina en cuestión de segundos, eliminamos intermediarios como las empresas de manipulación y transporte, con el consiguiente ahorro de Co2 y otras emisiones a la atmósfera.
Practicamos ejercicio: quizá nunca reparamos en ello, pero a la hora de cuidar nuestro huerto estaremos haciendo ejercicios como agacharnos, sostener peso, flexionar piernas y rodilas, etc. Para muchas personas que están habituadas a una vida muy sedentaria, el cuidado de un huerto propio puede suponer un hábito saludable no solo para su alimentación, sino para el cuidado de su físico. Lógicamente, el grado de ejercicio dependerá del tamaño del huerto en cuestión.
Sin pesticidas: todos sabemos que en los cultivos a gran escala se utilizan una serie de pesticidas y fertilizantes para protegerlos de plagas e insectos, así como para conseguir la mayor producción posible. Aunque hay abonos 100% naturales, como el yeso agrícola (se trata de un mineral molido, simplemente), en muchos casos se utilizan componentes químicos. Si nosotros mismos somos los que controlamos el huerto, podemos ahorrarnos muchos de estos productos al arrancar con nuestras manos las malas hierbas
Mejor dieta: al esforzarnos en cuidar nuestro propio huerto seguramente nos aumenten las ganas de consumir sus productos, lo que redundará en una mayor presencia de fibra en nuestra dieta. Este nutriente ayudará a mejorar nuestro equilibro dietético y, al final y al cabo, nuestra salud.
Otras ventajas: nuestro propio huerto nos ayudará también a que aumentemos nuestra conciencia ambiental, reciclemos parte de nuestros desechos ecológicos como abono y nos sensibilicemos con la agricultura y el trabajo que desarrollan sus profesionales.
